¿Cómo hay que conservar los huevos?
Los huevos tienen su propio envoltorio, la cáscara, una estructura
porosa formada por carbonato de calcio y proteínas y rodeada por la
cutícula, una membrana que protege al huevo de ataques bacterianos.
Mientras la cáscara no se agriete, su contenido es bastante seguro.
Si se compran frescos y se tratan con cuidado, los huevos se conservan
varias semanas.
- Es recomendable conservarlos en el refrigerador. Cuando se pasa de frío a calor se puede condensar agua en la superficie de la cáscara pasando al interior del huevo, y con ella posibles bacterias.
- Nunca laves los huevos antes de guardarlos (si es inmediatamente antes de cocinarlos no hay tanto problema).
- Guárdalos en un estante al fondo del refrigerador mejor que en la puerta, ya que al abrir y cerrar son sacudidos y la clara pierde consistencia.
- No los guardes en ambientes cálidos o con poca humedad. El huevo perderá agua a través de la cáscara porosa, disminuyendo su frescura, provocando que la consistencia de la clara sea menor y que la yema se aplane.
¡No olvide! Un huevo se conserva fresco y comestible al menos durante cuatro semanas después de la fecha de puesta. El huevo es muy sensible a los cambios bruscos de temperatura.
¿Cómo sabemos que un huevo está fresco?
Cuando se quiebra un huevo fresco, se aprecian dos zonas bien definidas en la clara: una más densa y otra que le rodea más fluida, pero sin llegar a ser líquida. Tanto la yema como la clara quedan bien recogidas, sin desparramarse. Cuanto más pequeña sea la cámara de aire que existe en la parte interior de la cáscara del huevo, más fresco será el mismo. Es importante comprobar y respetar la fecha de consumo preferente. Cuando un huevo está próximo a la fecha de consumo preferente es preferible consumirlo en preparaciones en que esté bien cocinado, como por ejemplo cocido.